¿Enganchado a los Dolomitas por las miles y miles de fotos que hay en Instagram? ¿Con ganas de calzarte las botas y perderte en esta increíble cadena montañosa del norte de Italia?
Te entiendo perfectamente, a mí también me ha pasado y créeme, la experiencia de hacer senderismo aquí es sublime. No solo por los paisajes, únicos e inolvidables, sino también porque la mayoría de los caminos son accesibles y cómodos.
Por supuesto que los niveles de dificultad suben a medida que tú quieras y puedes pasar al trekking e incluso a la escalada si es lo que buscas.
Pero si lo tuyo es disfrutar de la naturaleza con calma, empapándote de la tranquilidad y belleza que brindan los Dolomitas, léeme hasta el final.
Lo que aquí te propongo son las mejores rutas para conocer uno de los destinos europeos de aire puro más interesantes. Que, en muchos casos, puedes hacer hasta en familia.
Así que ya sabes, a desempolvar pantalones desmontables, chubasqueros y forros polares. Aunque si eres como yo, nunca estarán guardados demasiado tiempo.
¡Hora de preparar la mochila, nos vemos en el camino!
Si bien hoy me voy a centrar en el senderismo, no está de más conocer un poco de la zona antes de ir.
Estamos hablando de un lugar que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2009, y por lo tanto, excepcional. Dentro de la cordillera de los Alpes, que cruza Europa Central a lo largo de 8 países, los Dolomitas son un espectáculo aparte, en el noreste de Italia. Un país que, como habrás notado, me encanta visitar.
Aquí la protagonista es la “dolomía”, esa roca caliza de origen marino que confiere a estas montañas un perfil único y particular, muy diferente al resto. Sus formas, afiladas y recortadas, parecen sacadas de un sueño, con cientos de agujas erosionadas que emergen de valles idílicos y lagos glaciares.
Si has estado en los Alpes suizos o austríacos, creerás que nada montañoso puede sorprenderte en Europa. Pero no es así, los Dolomitas tienen el poder de atraparte, dejarte siempre con la boca abierta y ganas de más.
Te encontrarás con senderos impecables, perfectamente señalizados y con todas las medidas de seguridad que hagan falta. Cuerdas, cadenas, barandillas y escalones estratégicamente colocados, representan una garantía de protección que se agradece mucho.
Los refugios son abundantes y cómodos, limpios y con unas condiciones que ya querrían muchos hoteles con estrellitas. Encima, se come muy bien en ellos, tanto que hasta tienen su propio libro de recetas.
Si bien desde mayo a octubre se dan las mejores condiciones para el senderismo y el trekking, en agosto suele estar todo saturado, para variar. En mi opinión, siempre que se pueda, julio o septiembre son ideales. Es necesario reservar si vas a pasar la noche en un refugio o te expones a dormir al aire libre. Y si es en julio, reserva unos dos meses antes.
En invierno, la región atesora algunas de las mejores pistas de esquí del país. Y aunque sus montañas de más de 3.000 no son las más altas de Italia, tienen una merecida fama para practicar deportes en la nieve.
Como la zona es muy visitada, encontrarás buenos mapas gratuitos e información de las rutas más populares en las oficinas de turismo. Que siempre está bien llevar algo en papel por si falla la tecnología.
La mejor manera de desplazarte es el coche, así que conviene alquilar uno en el aeropuerto o pegarte la paliza desde España.
Cuando prepares tu presupuesto, ten en cuenta que la gasolina en Italia es más cara, así como los peajes. Se puede compensar si consigues vuelos low cost a Verona, Venecia, Bérgamo o Milán, en orden creciente de distancia a los Dolomitas.
Todo un emblema de los Dolomitas y quizás la foto más reconocible de las miles que circulan por internet.
Las Tre Cime di Lavaredo son tres picos con forma de torre, llamados respectivamente Cima Grande, Cima Piccola y Cima Ovest.
En la Primera Guerra Mundial, la frontera entre Austria e Italia y por lo tanto, el frente, corría a través de estas montañas. Hoy en día se pueden ver numerosos testimonios de la época, en forma de búnkeres, cavernas y placas.
Hay varias opciones de ruta, según el tiempo que tengas, pero te doy un consejo para cualquiera de ellas: es mucho mejor por la tarde. Podrás ver el increíble atardecer, la “enrosadira”, que es el momento en que las pálidas piedras se tiñen de colores que van del rosa al naranja. Imposible perdérselo, quieras o no inmortalizarlo en el insta.
Otra razón para no ir por la mañana es la gran cantidad de gente con tu mismo objetivo que vas a encontrar. No tengo nada contra el turismo, al contrario, pero especialmente en la montaña prefiero menos compañía.
Primero hay que llegar al Refugio Auronzo, que ya está dentro del Parque Natural, y desde el que salen todas las rutas. Es necesario pagar un peaje de 30€ para coches, 20€ para motos y 45€ para campers y autocaravanas.
Si eres tan afortunado de poder pasar la noche allí, el Refugio Locatelli te permite hacerlo frente a las Tre Cime. Siempre teniendo la precaución de reservar antes.
Puede tener 10 o 15 km, dependiendo de las extensiones que quieras hacerle. Es sencillamente espectacular, solo por ella vale la pena el viaje. No tiene grandes subidas, toma entre cuatro y seis horas, y como te dije antes, todo está perfectamente señalizado.
El sendero bordea las Tre Cime y todo el recorrido es una delicia, mires donde mires: picos increíbles, lagos, túneles, etc. Si no tienes tiempo, puedes aproximarte por una ruta lineal hacia el Mirador de Forcella Lavaredo, con vistas de infarto, y bajar luego al Refugio Locatelli. Entre ida y vuelta, tardarás cerca de 3 hs., salvo que las fotos te entretengan más de la cuenta.
Si no pudieras hacer más que una ruta, ésta sería la elegida, sin duda.
Ya me estoy arrepintiendo de mi última frase, porque esta ruta también es alucinante. Ahora que lo pienso, todas sin excepción lo son, pero a menos que vivas en la zona, habrá que elegir entre tanta belleza. Y aquí tienes una de las clásicas.
Estas cinco moles a más de 2.000 m de altura no son ninguna tontería, pero sorprendentemente, llegar hasta ellas resulta relativamente sencillo. Lo más fácil es tomar el teleférico en el Paso Falzarego (18,50€ i/v por persona), y llegar volando hasta el Refugio Scoiattoli, en la misma base donde se elevan. Desde allí parte un sendero de 2 km y poco desnivel, apto para todo el mundo.
Pero como lo que queremos es caminar un poco más, te recomiendo la ruta circular que parte del Paso Giau, la más larga y bonita de todas. Poco más de 10 km, que se hacen muy amenos por las maravillosas vistas en 360º.
El sendero 462 te lleva primero al Refugio Averau, excelente lugar para parar y reponer fuerzas. La panorámica de La Marmolada, el pico más alto de los Dolomitas, es insuperable desde aquí.
Ya estás muy cerca del punto culminante, las Cinque Torri y para regresar, el sendero 443 te acercará al Paso Giau, tu lugar de partida. Por supuesto, seguirás disfrutando de las mejores vistas posibles, esta vez a las montañas de Croda de Lago.
En total, entre 4 y 5 horas, sin contar los tiempos de descanso y comida. Una gozada, te lo aseguro.
Una de las rutas más populares de los Dolomitas es también una de las más complicadas, pero con final glorioso: el lago de Sorapis.
En una región poblada de lagos, a cuál más bonito, Sorapis suele llevarse el primer puesto. Su increíble color azul lechoso, empolvado por el glaciar, su ubicación a 1.900 m de altura y la dificultad que entraña llegar, lo hacen irresistible.
Y eso quiere decir que mucha, mucha gente está dispuesta a recorrer los 10,5 km ida y vuelta que se necesitan para conocerlo. Y que no son precisamente un paseo.
Dos horas de fuerte subida, no apto para los que sufren vértigo, con tramos resbaladizos, cuerdas de seguridad, escaleras de metal y acantilados. Todo aderezado con la presencia de paseantes de muchos pelajes diferentes, no siempre adecuados a la dureza del lugar. Y que ralentizan la marcha, sobre todo en las zonas peligrosas. No es un sendero apto para todos los públicos, evita llevar niños o mascotas.
Dicho esto, no te lo pierdas por nada del mundo, el premio es soberbio y seguramente se convertirá también en tu lago favorito. Extendido bajo la punta del pico Sorapis, llamado “el dedo de Dios”, su belleza es sobrecogedora.
Para poder madrugar (mucho), la mayoría duerme en Cortina D’Ampezzo, un sitio encantador, pero bastante caro, incluso para los Dolomitas. La opción soñada y perfecta sería reservar en el Refugio Vandelli, muy cerca del lago, y de paso disfrutar de una noche en la alta montaña. No es fácil conseguirlo, pero por si hay suerte, aquí tienes el enlace.
La ruta parte desde el Passo Tre Crocci, donde se puede aparcar el vehículo en una zona de tierra. Aquí te enfrentarás al sendero 215, y dependiendo de tu ritmo (y el de los demás), llegarás al lago en unas 2 horas.
La aventura está asegurada en esta ruta impresionante con final feliz.
Esta es una ruta que te hará enamorarte de los Dolomitas para siempre. Las vistas que se disfrutan no tienen parangón, el camino es sencillo, apto para todos y el recuerdo, imborrable.
El sendero comienza en el Passo Pordoi, a 2.200 m de altura, uno de los míticos puertos de montaña del Giro de Italia. Allí se puede dejar el coche en un amplio aparcamiento y elegir la ruta 601, en dirección al Refugio Viel dal Pan.
La primera parte es la más empinada y después de 30 minutos ascendiendo, llegarás al Refugio Fredarola, perfecto para un pequeño descanso.
Aquí empezarás a saborear las primeras vistas de La Marmolada, reina de los Dolomitas con sus 3.343 m de altura. Y que te acompañará el resto de la ruta hasta llegar al lago Fedaia.
Después de cortar la ladera de la montaña por un estrecho sendero, tendrás a la vista el siguiente punto, el Refugio Viel dal Pan. El emplazamiento de este refugio es de una abrumadora belleza.
Situado justo frente al Gran Vermel y La Marmolada, exhibiendo orgullosa el único glaciar de los Dolomitas, impacta a quien lo contempla. Al fondo del valle, se distingue como una gema brillante el lago Fedaia, con el fondo imponente del Monte Civetta.
Mires donde mires, el panorama es memorable y así quedará en tu disco duro, como un lugar mágico al que querrás volver una y otra vez. Aunque la terraza suele estar bastante concurrida, nada interfiere con las vistas maravillosas, indiferentes al paso de los visitantes.
Desde el refugio, la ruta 601 continúa cuesta abajo hasta el lago Fedaia, y es un camino lineal. Si quieres hacer uno circular, bastante más largo, tendrás que volver por el Valle de Cordevole. Muchos caminantes optan por deshacer el sendero de ida, sobre todo por las panorámicas.
Aunque también influye la buena fama que tiene la comida en el Refugio Fredarola, ideal para hacer la parada al regreso. Lo recomiendo encarecidamente, sus carnes a la brasa son sublimes.
Si solo llegas al mirador, serán unos 7 km ida y vuelta, si haces alguna ruta circular, hay que calcular el doble aproximadamente.
Lo hagas como lo hagas, no dejes de experimentar en primera persona uno de los senderos más bonitos de los Dolomitas.Uno de los lagos más espectaculares de los Dolomitas, que ha alcanzado cotas de popularidad impensables gracias a Instagram, es Braies. Ahora me peleo conmigo mismo, no puedo dejar de recomendarte que lo visites, pero la masificación es tal que me entran dudas.
Por una parte, no deberías dejar de lado esta maravilla turquesa, pero mejor ateniéndote a algunos consejos. El primero sería madrugar mucho, aunque eso no te garantiza que cuando llegues al parking no encuentres una muchedumbre.
El segundo, ir por la tarde, cuando no quede demasiado para que se esconda el sol. Habrá menos gente, eso seguro y podrás disfrutar de esta naturaleza desbordante sin tanto agobio. Si eres un purista de las fotos, dicen que por la mañana salen mejor, pero ya sabes que a veces hay que elegir entre tu experiencia y tus recuerdos.
El lago está rodeado por elevadas cumbres y el sendero circular que lo rodea es apto para toda la familia. En poco más de una hora se pueden hacer estos 3,8 km con poco desnivel, ayudado además por escaleras en los tramos con elevación.
También existe la posibilidad de alquilar una embarcación y navegar un rato, pero no es la finalidad de este artículo. Y resulta bastante más caro que utilizar las piernas.
La ruta empieza y termina en el Hotel Lago de Braies, justamente donde está el aparcamiento. Si te enamoras y quieres dormir aquí, recuerda que necesitarás una reserva mínima de 3 noches.
Ahora bien, la paz y belleza que transmite toda la zona, aún con muchos turistas, es imprescindible para completar cualquier viaje a los Dolomitas.
Ésta es el primer capítulo de un artículo que tiene que contar, sí o sí, con algunas rutas más que ya te iré relatando. Como siempre, recuerda que estás en la montaña, el clima suele cambiar (y cambia), de un momento a otro. Incluso puede caer una buena nevada a finales de agosto, así que siempre hay que tener en cuenta el equipamiento adecuado y el parte meteorológico.
Según dijo Le Corbusier, los Dolomitas son “la arquitectura natural más perfecta del mundo”.
Estoy de acuerdo, por lo menos en la parte del mundo que conozco, a ver qué opinas tú.
¡Buena ruta!
Me llamo Cristian Goldberger y soy un viajero empedernido. Desde niño siempre he soñado con viajar y compartir mis experiencias con todo el mundo. Tras cursar una Licenciatura en Turismo, he viajado, vivido y trabajado a ambos lados del charco. Como guía oficial del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de San Mauricio tengo debilidad por las montañas y la naturaleza. ¿Si pudieras, te pasarías la vida viajando? Yo, desde luego que sí.
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